Hemos visto series, películas, leído libros y jugado videojuegos que representan futuros distópicos y/o post-apocalípticos hasta el cansancio. Es algo increíble imaginar los distintos escenarios y las diferentes formas en las que, de un momento a otro, todo podría salir mal en el futuro y cómo sería nuestro actuar ante ello… es entretenido, cuando sabemos que no es real. Porque no puede ser real. Definitivamente no puede.
¿O sí?
Según el diccionario, una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma. El término, procedente del griego, fue creado como antónimo directo de utopía.
Muchos ya nos estamos enfrentando a visiones poco alentadoras. Comenzamos observando aquellos super mercados abarrotados, con los anaqueles semi-vacíos; nos sentimos desconcertados al enterarnos que hubo quienes compraban montones de papel higiénico y ahora nos reímos pensando que probablemente terminarán heredándolos a sus nietos. Al inicio nos parecía ridículo, pero pasaron al menos un par de semanas donde el escenario no cambiaba y, tal vez aunque sea por un minuto, llegamos a cuestionarnos si debimos hacer lo mismo. ¿Y si el día de mañana ya no hay comida? ¿Debí pelearme por esas latas y agua embotellada? ¿Y si esa era mi última oportunidad de conseguir alimentos?
Hoy, a pesar de que el semáforo sigue en un color de advertencia, hemos visto lo ridículo que fue todo eso y que, lo único que lograron aquellos que fueron partícipes en lo mencionado, fue demostrar su completo egoísmo y la facilidad con la que ceden al pánico; entrando en psicosis de manera innecesaria. Y esto curiosamente es lo que nos ha dado una probada de lo que pudiera avecinar.
Ya entendimos que el mundo continúa y, de alguna u otra manera, seguiremos teniendo acceso a las cosas básicas a las que estamos acostumbradas. Pero, ¿Y mañana? ¿Qué pasaría si una tragedia mayor nos atacara? ¿Nuestro instinto de supervivencia individualista nos cegará? ¿Olvidaremos que es más fácil sobrevivir en comunidad? ¿Seremos capaces de ser inteligentes y buscar el bien común, o amenazaremos de muerte a nuestro vecino por una lata de atún?

Las redes sociales nos han hecho creer que el mundo va “de mal en peor” porque, debido a la facilidad de compartir información incluso de manera audiovisual, ahora podemos enterarnos de todo aquello que antes no pasaba de ser un evento local; y es cuando uno pensaría que al tener al “Gran Hermano” siempre observando, las personas tendrían mayor cuidado con sus acciones por miedo de ser expuestas. Pero sean estas situaciones más o menos que antes, se siguen presentando, se siguen compartiendo. Y el COVID-19 ha sido una fuente interminable de este tipo de contenidos.
Sin ánimo de minimizar al COVID-19 y el impacto económico, socio-político y de salud que ha tenido indiscriminadamente; quiero pensar que el coronavirus ha sido un simulacro que va a servir para una u otra cosa: darnos cuenta de que necesitamos actuar como una verdadera sociedad civilizada para salir adelante; o que la única ley que reina es la de la selva: “La supervivencia del más fuerte”, y por ende debemos prepararnos con armas, refugios y víveres que protejan a nuestro círculo más cercano hasta donde podamos defenderlo.
Si nos negamos a aceptar que somos parte de algo más grande que nosotros mismos y nos seguimos encerrando en nuestra burbuja individualista de confort y status quo, estamos destinados a vivir en una sociedad orwelliana.
¿Alguna vez has pensado en qué pasaría si algún evento destruyera por completo la estructura social como la conocemos? ¿Qué crees que lo desencadenaría? ¿Cómo reaccionarías?
Si te gusta este tema, te compartimos algunas películas y series que te encantarán. ¿Sientes que falta alguna mención en el listado? ¡Compártela con nosotros!
Pánico en las calles (Panic in the Streets), de Elia Kazan (1950)
El séptimo sello (Det sjunde inseglet), d’Ingmar Bergman (1957)
La amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain), de Robert Wise (1971)
Muerte en Venecia (Morte a Venezia), de Luchino Visconti (1971)
El Puente de Cassandra (The Cassandra Crossing), de George Pan Cosmatos (1976)
Delicatessen (Delicatessen), de Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet (1991)
En el filo de la duda (And the Band Played On), de Roger Spottiswoode (1993)
12 monos (12 monkeys), deTerry Gilliam (1995)
Estallido (Outbreak), de Wolfgang Petersen (1995)
Mimic, de Guillermo del Toro (1997)
El retorno de la peste (Pest – Die Rückkehr), de Nikolaus Stein von Kamienski (2002)
28 días después (28 days later), de Danny Boyle (2002)
The Walking Dead (cómic) de Robert Kirkman (2003)
Hijos del Hombre (Children of men), de Alfonso Cuarón (2006)
Soy Leyenda (I am Legend), de Francis Lawrence (2007)
A ciegas (Blindness), de Fernando Meirelles (2008)
The Walking Dead (serie de TV), de Frank Darabont (2010)
Contagio (Contagion), de Steven Soderbergh (2011)
Tren a Busan (Busanhaeng), de Yeon Sang-ho (2016)
A ciegas (Bird Box), de Susanne Bier (2018)